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Aunque muchos aspectos de los procesos del sistema de inmigración de Estados Unidos crean confusión, uno de los más desconcertantes para los canadienses es cómo se define una estancia excesiva. Una interpretación incorrecta podría significar permanecer en los Estados Unidos más allá del límite otorgado por el estatus de visitante, y tener consecuencias en los planes futuros de inmigración.

La duración de la estancia de un canadiense en los Estados Unidos puede ser un factor decisivo en posteriores procesos de solicitud de inmigración a este país, tales como las tarjetas de residencia o las solicitudes de visado; por ello, este tema requiere la máxima atención. Los canadienses, en particular, son susceptibles de confusión en la materia al considerar la exención general de visado que Estados Unidos les concede a su entrada en el país.

Con el proceso digital del formulario I-94, los extranjeros ya no reciben la tarjeta física, usualmente dentro de sus pasaportes, de llegada y salida de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP). El registro electrónico I-94 es determinante para contar con precisión el número de días que el viajero ha pasado en los Estados Unidos. Desafortunadamente, la mayoría de los viajeros ignoran su existencia y subsecuentemente pasan a ser conocidos como canadienses no controlados, lo que añade dificultad al seguimiento de la duración de la estancia en EE.UU. y pone a estas personas en riesgo de sobrepasar los días permitidos.

Sin embargo, muchos canadienses que entran por tierra, no reciben este formulario y pasan a denominarse canadienses no controlados, lo que dificulta aún más el seguimiento de la duración de su estancia en los Estados Unidos, poniendo a estas personas en riesgo de sobrepasar los días permitidos en el país. 

A los canadienses se les suele conceder una estancia completa de seis meses en los Estados Unidos cada vez que entran al país como turistas. De igual manera, los viajes cortos de regreso a Canadá no reinician este reloj de 180 días como popularmente se cree. El reloj de 180 días sigue en marcha aun cuando regresan a Estados Unidos, mientras que los viajeros canadienses creen que su periodo de 6 meses se renueva. El riesgo de estadía excesiva no es marginal. No obstante, si por casualidad sobrepasan esos 180 días, el tiempo adicional transcurrido podría contabilizarse como presencia ilegal y, por lo tanto, perjudica cualquier proceso de obtención de visados y tarjetas de residencia en los Estados Unidos más adelante.


Del mismo modo, a las personas que se queden más de 180 días de lo previsto, se les puede prohibir la entrada en los años siguientes. Quienes permanecen más de 180 días, pero menos de un año, suelen recibir una prohibición de tres años; mientras que, aquellos que se queden ilegalmente más de un año, se les prohíbe la entrada a los Estados Unidos durante 10 años. Esto se suma a una posible prohibición de 5 años porque el agente de fronteras consideró que la presencia prolongada significaba que el ciudadano canadiense vive efectivamente en Estados Unidos con intención de quedarse permanentemente.

Dicho esto, no existe un consenso claro entre los organismos estadounidenses sobre cuánto tiempo pueden permanecer los canadienses no controlados en los Estados Unidos a pesar de este supuesto permiso de medio año; lo cual, solo añade más confusión a los canadienses preocupados por su admisibilidad como inmigrantes en los Estados Unidos. 

Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) y el Departamento de Estado, los canadienses no controlados pueden permanecer en el país indefinidamente sin que se les considere presentes ilegalmente, siempre y cuando cumplan las normas de su “duración de estatus”.

Sin embargo, el CBP ha adoptado una postura diferente al respecto, afirmando que los canadienses no controlados sí están sujetos a una estancia de 180 días en los Estados Unidos y podrían empezar a acumular presencia ilegal si sobrepasan la disposición de medio año. Esto sitúa las visitas de los canadienses no controlados en una turbia área gris con las agencias de inmigración estadounidenses.

Las circunstancias únicas de cada caso influyen en lo que se considera una estancia superior a la permitida y una visita legal. Teniendo en cuenta que no hay un acuerdo claro entre las agencias estadounidenses, los canadienses, preocupados por el tiempo que pasan en los Estados Unidos y su posible implicación en posteriores solicitudes de inmigración, deben consultar con un experto en leyes de inmigración para aclarar cualquier duda sobre su caso personal.

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